miércoles, 10 de septiembre de 2014

Convocatoria Némesis XII (hasta 05 de octubre)

¿Transformaciones sociales en Chile y América Latina?

Debate central

En los últimos años, América Latina ha evidenciado algunos importantes cambios en los procesos políticos de los países de la región, configurándose una relativa oposición entre gobiernos con espíritu de cambio -o neo-populistas para algunos- y otros que han mantenido y profundizado las reformas estructurales de sus economías. A grandes rasgos, respecto a los primeros, las principales consecuencias dicen relación con reformas estructurales, ya sea constitucionales o económicas, bajo la forma de reformas y mayor gasto público. Por el contrario, la liberalización de las fronteras económicas y la privatización de empresas estatales, propias de una primera etapa de introducción de reformas neoliberales en América Latina, ha sido acompañada en algunos países como Chile, Perú o México por acuerdos y estrategias comerciales bilaterales -como los Tratados de Libre Comercio- que vienen a profundizar lo antes realizado. 

Con todo, y a nivel de la coyuntura política, se han observado ciertos signos de agotamiento de las alternativas más progresistas de la región. La muerte de Chávez en Venezuela ha cristalizado en una tensa situación de enfrentamiento tanto entre las fuerzas oficialistas y de oposición, como al interior del chavismo que busca legitimar a su sucesor. En Ecuador y Bolivia, se han producido retrocesos electorales y disputas con las propias comunidades que constituyen su principal base de apoyo. En Argentina, el distributivismo estatal kirchnerista ha visto mermada su capacidad de acción, dados los problemas inflacionarios que han ido crecientemente al alza.

Por su parte, el caso chileno y brasileño muestran la contracara de esta ralentización en los cambios sociales y políticos de la región. La conflictividad social parece ser un elemento que llegó para quedarse, donde al igual que en otras partes del globo el cuestionamiento pasa por el desempeño de las democracias institucionales más que por los valores que la sustentan.

En Chile este devenir adquiere un matiz no menor, que dice relación con la emergencia de nuevos liderazgos políticos emanados de movimientos ciudadanos que han logrado dotarse de un espacio en las instituciones representativas. Estos nuevos rostros -generalmente jóvenes- conviven con una coalición gobernante que se ha rearticulado bajo la excusa de que asumirá posiciones más radicales que las sostenidas previamente, generándose importantes expectativas en la ciudadanía, pero también muchas dudas sobre la viabilidad y el carácter de las reformas estructurales que proponen, ya sea en materia educacional, constitucional o tributaria.

Así y todo, y aunque en su proceso político Chile y América Latina parecen experimentar importantes convulsiones sociales, éste no es el único aspecto de la realidad social que puede discutirse en relación a los cambios y continuidades. En efecto, la acción y estructura social, las formas culturales y los procesos económicos son dimensiones que se mueven en un tiempo más largo que el de la coyuntura política.

Tras el giro neoliberal de los años noventa en las naciones latinoamericanas, con modificaciones en el carácter social del Estado, en la constitución de nuevos movimientos sociales y, por ende, en la configuración de nuevas formas de conflictividad social, se visualizan las continuidades de un cambio iniciado hace más de tres décadas, pero que hoy en día se vuelve especialmente inestable según la opinión de algunos analistas. En este sentido, se vuelven ilustrativos casos como los del movimiento estudiantil del 2011 en Chile, pero también llama la atención la fuerza adquirida por los movimientos sociales identitarios o medioambientales, que se suman al conflicto laboral resignificado a causa de la desestructuración del mundo del trabajo. 

Por su parte, las ideas y prácticas culturales también han tendido a modificarse, adquiriendo fortaleza nuevas problemáticas antes invisibilizadas, obteniéndose relativos avances tanto en términos organizativos como en relación a los cambios culturales que interesa introducir en las sociedades latinoamericanas. Así, por ejemplo, en relación a la inclusión de la mujer, aún cuando el discurso público y académico ha evidenciado desde hace tiempo la necesidad de avanzar en estos temas, en la práctica se mantienen rasgos importantes de discriminación femenina. De todos modos, esto ha sido acompañado por relativos avances como los movimientos de género, que más allá de las conocidas reivindicaciones, apuestan por un cambio en las conductas y comportamientos hacia los oprimidos. Así, entonces, se asoma la persistente duda de si son estos gérmenes para cambios más profundos que puedan llevarse a cabo en las sociedades latinoamericanas.

Por todo ello, queda la interrogante abierta: ¿Se puede hablar de transformaciones sociales en Chile y América Latina?, ¿Estamos en medio de procesos de cambio del escenario político actual? ¿Se modifican las estructuras y relaciones sociales? o, más bien, ¿La histórica novedad de lo mismo en Chile y América Latina se viste con nuevos ropajes? Frente a estas preguntas se hace necesaria la permanente reflexión desde las ciencias sociales, en la que se ponga de manifiesto no sólo el análisis de los casos nacionales, sino que también la relación existente entre los diferentes países del continente quienes, por razones históricas y contemporáneas, tienen mucho en común pero también muchas especificidades.

Líneas temáticas

1. Lo público y lo privado.

Junto con los sucesos que evidencian procesos de transformación y conflictividad social dentro de los países de América Latina aparecen discusiones en torno a elementos que, si bien hasta el momento habían sido inadvertidos, constituyen un nudo problemático central en las problemáticas actuales. Estas discusiones decantan en una búsqueda por elucidar lo que significa el espacio público y el privado, y las consecuencias que ésto acarrea.

2. Lo social y lo político: ¿apatía, indiferencia, participación o crítica?

El auge de los movimientos sociales parece estar dando cuenta de una profunda crítica a las instituciones democráticas. Sin embargo, su respuesta es precisamente reivindicar a la propia democracia como régimen de gobierno. Ello, también, coexiste con diferentes signos de apatía y desafección, que dan cuenta de un desinterés presente en importantes grupos, los que no participan por las vías tradicionales, pero tampoco adhieren a quienes se organizan para cuestionar lo establecido.

3. Reformas institucionales.

El avance de sectores reformistas en América Latina ha puesto en tela de juicio a la institucionalidad, tanto política como económica. Esto pone en tensión al modelo de desarrollo imperante en la región, dando paso a nuevas constituciones políticas. Si a ello se suman las reformas económicas, se plantean importantes desafíos sociales en materias de ciudadanía y estratificación social.
 
4. Género.

Las temáticas de género están marcadas por una constante discriminación y opresión que se materializa en prácticas tales como la exclusión. En ese sentido, resulta relevante la escasa cantidad de mujeres que acceden a altos cargos en la dirección pública y en el sector privado. Esto ¿afecta sus identidades?, ¿cómo incide en la construcción de la feminidad y la masculinidad?

5. Pensamiento social latinoamericano.

Las discusiones clásicas del pensamiento latinoamericano, tales como las relativas a la dependencia, la modernidad y los procesos de modernización, la capacidad de transformación de ciertos sujetos colectivos, así como las particularidades de su desarrollo económico, social, político y cultural pueden erigirse como relevantes para el contexto actual. Por ejemplo, en la región conviven Estados altamente integrados al mercado mundial -como el brasileño-, en contraste con importantes sectores que aún dependen únicamente de sus exportaciones primarias. Por ello, se hace necesario volver retomar una interrogante que ha cruzado la historia del pensamiento referida a la región: ¿es posible rescatar a América Latina como unidad de análisis? ¿Puede predominar la idea de totalidad en el análisis frente a las parcialidades de los casos nacionales? Si la respuesta es afirmativa, entonces ¿cómo es posible investigar desde una perspectiva latinoamericana, más allá de los particularismos de la región?

6. Mercado del trabajo, conflictividad laboral y organización sindical.

La flexibilización laboral, la tercerización y la precarización de la fuerza de trabajo han planteado serios desafíos a la organización sindical. Con diferente profundidad, en los países latinoamericanos esto ha derivado en una desarticulación de las formas tradicionales de conflictividad en el mundo del trabajo, lo cual ha redundado en la adopción de nuevas modalidades de organización sindical y laboral. Asimismo, las consecuencias de estos cambios han propiciado una serie de problemáticas sociales relativas a la incertidumbre del trabajador globalizado, las cuales también han afectado a las herramientas y categorías con que tradicionalmente se ha abordado esta área, trayéndose a colación, por ejemplo, la inasibilidad de los nuevos tipos de relación laboral. Así, las interrogantes que surgen en esta materia son amplias, novedosas y especialmente acuciantes en el escenario laboral actual. 

7. Estructura, estratificación y movilidad social

Los cambios en la estructura social de los países latinoamericanos ha traído el debate acerca del supuesto crecimiento que tendrían los sectores medios, fundamentalmente asociado a las ocupaciones vinculadas a la tercerización del empleo en el sector privado. Esto ha puesto en tensión a la teoría social, retomando un antiguo debate sobre la existencia de estratos o de clases sociales, así una importante discusión sobre la real o ficticia predominancia de los sectore mesocráticos que, al menos durante el siglo XX, fueron los encargado de equilibrar el proceso político así como de entregarle identidad cultural a las sociedad latinoamericanas.

Asimismo, se revitaliza la clásica pregunta acerca de la apertura de las sociedades modernas ¿son fluidas las sociedades latinoamericanas? ¿qué impide la movilidad social en el largo plazo y que la favorece? ¿cuánto de la desigualdad de la región es explicado por este fenómeno?

8. Metodología.


Las ciencias sociales tienen un constante desafío para desarrollar investigaciones empíricas. En ese ámbito, el desarrollo de metodologías válidas y fiables es un elemento necesario para poder aproximarse a la realidad social. Por ese motivo, se vuelve pertinente un incentivo constante a la producción de nuevas herramientas y enfoques metodológicos que permitan escudriñar de mejor manera en la complejidad que proponen las sociedades contemporáneas en general, y las latinoamericanas en particular.

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